El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) fue el primer acuerdo multilateral dedicado en su totalidad a la biodiversidad, reconociendo la importancia de su conservación y uso sustentable como un bien mundial de valor inestimable para asegurar la vida en la Tierra y el bienestar humano.
Sus tres objetivos son:
El CBD entró en vigor el 29 de diciembre de 1993. A la fecha 196 países son Parte de este compromiso multilateral.
Como consecuencia de una creciente preocupación mundial ante el deterioro de la biodiversidad, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) convocó a un Grupo Especial de Expertos sobre Diversidad Biológica en noviembre de 1988, con el objetivo de explorar la necesidad de un convenio internacional sobre biodiversidad.
Poco después, en 1989, el PNUMA estableció el Grupo de Trabajo Ad hoc de expertos jurídicos y técnicos para preparar un instrumento jurídico internacional para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad. Los expertos también tomaron en cuenta la necesidad de compartir los costos y beneficios entre los países desarrollados y los países en desarrollo, así como los medios y modalidades para apoyar las innovaciones de las comunidades locales. Los trabajos de este grupo culminaron en mayo de 1992, en la Conferencia de Nairobi, donde se aprobó el texto acordado del Convenio sobre la Diversidad Biológica.
En junio de 1992 se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, conocida como "Cumbre de la Tierra", en Rio de Janeiro, Brasil, en donde se adoptaron una serie de compromisos en torno al medioambiente. Desde el 5 de junio de 1992 en el marco de la Cumbre de la Tierra hasta el 4 de junio de 1993, el texto del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) quedó abierto a firma, siendo firmado por 168 países y entrando en vigor el 29 de diciembre de 1993, es decir 90 días después de su ratificación por 30 países.
A la par del CBD, también se adoptaron la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) y la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD), así como la Agenda 21.
Convenios firmados en la Cumbre de la Tierra (Río de Janeiro 1992)
El Convenio cuenta con los siguientes órganos:
La COP y los órganos subsidiarios (SBSTTA y SBI) cuentan, cada uno, con una Mesa o Bureau que está integrada por un presidente y dos representantes de cada una de las cinco regiones de Naciones Unidas (electos internamente por los gobiernos de cada una de estas regiones) y que fungen como enlace entre las Partes y la Secretaría.
Además, el Convenio cuenta con dos protocolos, que sirven de apoyo para su adecuada implementación, el Protocolo de Cartagena y el Protocolo de Nagoya, así como un protocolo suplementario al Protocolo de Cartagena que es el Protocolo Suplementario de Nagoya - Kuala Lumpur
Para que los países puedan hacer la adecuada implementación del Convenio, existen diversos mecanismos de aplicación, tales como las Estrategias y planes de acción nacionales en biodiversidad (EPANB), los Informes nacionales, cooperación y asociaciones, recursos y mecanismos financieros, el mecanismo de facilitación, el Centro de intercambio de información sobre seguridad de la biotecnología, y la Iniciativa Lifeweb para el financiamiento de las áreas protegidas.
Entre los mecanismos financieros, destaca el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) que apoya la labor de las tres Convenciones de Río y de manera particular apoya al CBD desde 1996 en que la COP aceptó que éste fuera la estructura institucional responsable de operar el mecanismo financiero del Convenio.
Tomando en cuenta los trabajos para la elaboración del CBD, previos a la Cumbre de Río (1992) en que se adoptó el Convenio, México tomó la decisión de instaurar un organismo que reuniera la información existente acerca del conocimiento de la biodiversidad en nuestro país y pudiera dar seguimiento a los compromisos del nuevo convenio internacional.
Fue así que, por decreto presidencial, se creó la CONABIO como una institución que, sin ser académica, promoviera la adquisición y generación de conocimiento (científico y tradicional) disponible para la sociedad y que además asesorara al gobierno para conservar y usar sustentablemente la riqueza natural en beneficio de toda la sociedad mexicana y de las generaciones futuras.
Desde 1992, la CONABIO fue designada para dar seguimiento técnico y científico a los diferentes trabajos y negociaciones del CBD.
Actualmente, la CONABIO es Punto Focal Nacional ante el CBD para los siguientes temas:
También, CONABIO atiende las reuniones preparatorias previas a la COP proveyendo asesoría científica y técnica a las autoridades y delegaciones mexicanas durante la preparación de posiciones de país y participa como parte de la delegación mexicana en algunas de las siguientes reuniones, según se considere relevante:
De manera particular, la CONABIO apoya los trabajos del CBD y su implementación nacional a través de: