Desde que llegué a México me enamoré de su comida ¡todo era tan delicioso! Así que no pude resistir y regresé para quedarme y recorrer de principio a fin su territorio e ir documentando todo lo que me encontraba en las cocinas mexicanas. Nadie se ha dedicado a la conservación de los ingredientes. ¡Eso me preocupaba mucho! ¡Tienen que escoger, probar y conservar las técnicas y los ingredientes!
Mi nombre de nacimiento es Diana Southwood. Nací en Loughton, Essex, en el sureste del Reino Unido, el 3 de marzo de 1923. Mi madre Lily Miller fue profesora y mi padre Ernest Southwood fue vendedor. Siempre les gustó vivir en el campo y amaban la naturaleza, lo que me hizo amarla a mí también. A mis 19 años me uní a Women's Timber Corps, que fue una organización británica creada en 1942 para el manejo forestal por parte de las mujeres, ya que los hombres que se encargaban de estos trabajos se encontraban combatiendo en la Segunda Guerra Mundial, por lo cual no asistí a la universidad. Nueve años más tardé me mudé a Canadá, donde trabajé vendiendo vajillas y en una filmoteca, lo cual no duró mucho. En 1957 decidí viajar a Haití, donde conocí a mi esposo Paul P. Kennedy (1904-1967). Él era corresponsal de The New York Times en México, Centroamérica y el Caribe, por lo que decidimos mudarnos a México, donde encontré mi pasión: el redescubrimiento de la comida mexicana.
Mi esposo y yo nunca tuvimos hijos, pero él tuvo dos hijas de su primer matrimonio con Martha Combs, Brigid Kennedy y Moira Kennedy-Simms. A finales de 1965 nos mudamos a Nueva York, donde él falleció de cáncer diez años después de habernos conocido. En 1969 decidí regresar a México donde inicié mi investigación acerca de las cocinas regionales y mercados mexicanos. A partir de esto comencé a dar clases de cocina en mi apartamento en Nueva York y publiqué mi primer libro llamado The Cuisines of Mexico con el apoyo de Craig Claiborne, reconocido autor de libros de cocina, el cual fue publicado en 1972 y rápidamente se convirtió en un best-seller.
En 1976 regresé a la Ciudad de México y cuatro años después me mudé a mi residencia permanente en el municipio de Zitácuaro, Michoacán, donde construí lo que llamé “La Quinta Diana” que se localiza en una propiedad de tres hectáreas en el pueblo de San Francisco Coatepec de Morelos, también conocido como “San Pancho”. Mi objetivo era tener una casa sustentable, donde solo se utilizaran los recursos necesarios. Dentro de mi quinta se encuentra el huerto exterior con aproximadamente 150 especies de árboles de todo tipo, el huerto interior donde hay entre 40 y 50 especies de plantas comestibles y ornamentales, el invernadero donde cultivé gran parte de mis ingredientes y mi kanché, que es una estructura elevada hecha con madera para cultivar plantas, el cual es de origen maya. En mi kanché cultivé berros, fresas y jitomates silvestres, lo que fue expuesto en un trabajo periodístico donde fui comparada con los naturalistas del siglo XIX, como Charles Darwin o Henry David Thoreau, por todo mi trabajo de categorización y recopilación de plantas. Por supuesto que tuve el apoyo de mis queridos empleados Carlos, Conse, Lupe, Benito y Ray.
Mi cocina era mi pequeño laboratorio donde realizaba la mayor parte de mis recetas. En cada estación cambiaba mis recetas, ya que la mayoría de los ingredientes eran procedentes de mi quinta. Mis ingredientes eran además cultivados orgánicamente, ya que siempre estuve en contra de los agroquímicos y de los alimentos alterados genéticamente. Tampoco aprecié el uso excesivo de plásticos y siempre estuve consciente de no desperdiciar el agua.
A partir de mi estancia definitiva en México comencé viajes que duraron aproximadamente 50 años, los cuales no fueron los más cómodos, ya que estuve en localidades recónditas donde el medio de transporte llegaba a ser burros y en el mejor de los casos en mi destartalada camioneta, ¿pueden creerlo? Todo lo realizaba por el placer de poder obtener el conocimiento de las cocineras mexicanas y posteriormente publicar esa sabiduría. Con esta experiencia y la información de estas mujeres escribí más de una docena de libros sobre la cocina de México.
Mis investigaciones culinarias incluyen recetas e ingredientes de todos los estados de la república con excepción de Quintana Roo y Baja California Norte. Esta información no es útil solo a nivel gastronómico, sino también etnobotánico. Por eso, en el 2010 en una visita que me hicieron José Sarukhán de la CONABIO, Peter Raven del Jardín Botánico de Missouri, Paul Ehrlich de la Universidad de Stanford y Christian Samper del Museo Smithsonian me propusieron un excelente proyecto. Se invitó a los especialistas en etnobotánica Robert Bye Boettler, Edelmira Linares y Clarisa Jiménez del Instituto de Biología de la UNAM para iniciar la tarea de documentar y sistematizar la diversidad de especies que se encontraba descrita en mis recetarios, notas inéditas, fotografías, muestras de plantas que recolecté (secas y vivas) y mis comentarios sobre las mismas.
A lo largo de toda mi trayectoria he recibido diversas distinciones, pero de las más reconocidas fue La Orden del Águila Azteca del Gobierno de México que recibí en 1981 del presidente José López Portillo. A partir del 2014 la CONABIO me ha homenajeado al darme una sección dentro de su página web donde se encuentran mis colecciones de recetas e incluso videos sobre mi Quinta, o donde aparezco visitando mercados. Fallecí el 24 de julio de 2022 a los 99 años y mis cenizas fueron esparcidas en la Quinta Diana en compañía de mis amigas Concha Lupe Garza y Gabriela Cámara del restaurant Contramar, los investigadores Edelmira Linares, Robert Bye de la UNAM, y de Abigail Mendoza, cocinera tradicional de Oaxaca y de Carmen “Titita” Ramírez, cocinera y creadora de los restaurantes “El Bajío”, Cristina Barros Valero y mis queridos vecinos Lisette y Pablo Span del “Rancho San Cayetano”. Quien me conoció me recordará por mi brutal franqueza y por mi pasión por preservar y proteger los ingredientes originales de la cocina mexicana.
Visitas a mercados en México / Banco de imagénes, CONABIO
Quinta Diana / Banco de imagénes, CONABIO
Cocina esencial de México. Diana Kennedy. Oceano.